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Bienvenido. Quiero darte la bienvenida a mi blog en el que comparto mi experiencia en Marketing y Gestión de Ventas, profundizando en los recientes avances en Social Selling. Agradeceré comentarios, puntos de vista y cualquier otro feedback que me ayude a mejorar, y hacer de este sitio un lugar de encuentro y referencia.

La cuota

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Vamos a dejar las aventuras y desventuras de Peláez por unos días, con el objetivo de retomar un tema recurrente que nos habéis venido transmitiendo casi desde el principio de la apertura de este espacio: cómo determinar una cuota comercial.


Quisiera asumir que el lector ya ha hecho suyo el discurso en el que tanto insistimos de que, como punto de partida, las decisiones a este respecto han de ser, cuanto menos, creíbles, y que se tiene en cuenta que la maquinaria de producción en Marketing y Ventas es responsabilidad de toda la empresa, y no únicamente del equipo específicamente dedicado a ello.

Superada esta ardua tarea se ha de dotar a la operativa seleccionada de los procedimientos y metodologías que permitan alcanzar los resultados planteados, lo cual se viene a traducir en una definición estratégica y una ejecución táctica.

Para acabar con la parte más teórica, hemos de ser capaces de realizar una medición de resultados, de cara a su validación y revisión, bien con el propósito de establecer medidas correctivas, bien para tomar decisiones en relación a la generación de nuevos retos.

Una vez que ya estamos en este camino, podemos empezar a pensar, con cierta prudencia y mesura, en la parte económica, para lo cuál deberíamos tener en cuenta las siguientes variables:

- Entorno socio-económico.

Si nuestro sector está (de)creciendo un determinado porcentaje, nos podemos plantear ser ambiciosos, y tratar de alcanzar un porcentaje de (de)crecimiento (menor)mayor, con moderación. Resulta irrealista trabajar de espaldas a la situación, planteando objetivos desorbitados, que deberían formar parte de la estrategia a largo plazo.

- Volumen de negocio vs. costes de la compañía.

Asumimos que, salvo en casos puntuales, como el período de arranque de un negocio, la cifra de facturación debe superar a los costes repercutidos, y, a ser posible, proveernos de un margen o beneficio. A este apartado debería añadirse una correcta política de costes, que no lastre la labor de Ventas.

- Teoría de precios ('pricing').

Debemos saber qué tipo de producto manejamos y a qué precio lo queremos vender, no sólo porque su precio de venta debe ser acorde con los costes de producción y estructura, sino porque su valor nos sitúa en una determina franja de Mercado, o, en el caso peor, fuera de él. El conocimiento de la competencia, así como el pulso sobre la opinión del consumidor, deberían completar este punto.

- Tipología de clientes y operaciones.

Cuando se trabaja con productos de bajo coste de adquisición, la operativa suele ir asociada a la masividad, y la pirámide de clientes se expande, con lo que debemos disponer de los medios para ello. Si, por el contrario, elevamos el valor de producto, la cantidad de clientes se contrae, así como el número de operaciones, y la inversión en difusión se suele traducir en menos recursos, más valor diferencial y acciones segmentadas.

- Histórico de ventas de la compañía.

Existe la tendencia a insistir en el cálculo de cuotas comerciales partiendo de la base de cuotas previamente incumplidas, o incluso en función a cuotas cumplidas exageradamente. Siendo riguroso, y sistémico, las nuevas cifras comerciales deben analizar el por qué se han producido esas variaciones, y, de nuevo, tomar una actitud razonable.

- Medios de Marketing disponibles.

En líneas generales, el perfil de cliente ha cambiado, y también lo ha hecho el perfil del vendedor. Una empresa que determina una cifra de negocio debe dotar a sus profesionales de las herramientas de comunicación y captación que le ayuden a su consecución, contando para ello con la información que le proveen aquellos que están a pie de calle. Vuelvo a incidir en que el comercial no es un tipo que hace milagros, sino que forma parte de una cadena.

- Calidad y experiencia del equipo de ventas.

Sabemos que los comerciales se clasifican según su experiencia y capacidad, con lo que no podrá ser lo mismo la cuota repercutida a un comercial novel que a un vendedor que ya tiene un determinado recorrido. Un comercial con experiencia sabrá mejor cómo llegar a un resultado, siempre que este sea alcanzable. La costumbre de relacionar salario con cuota es una generalización desaconsejable y carente de justificación de cara al profesional.

- Metodología y estrategia de ventas.

Un objetivo de ventas, definida una operación tipo, se traduce en una serie de operaciones anuales, con sus acciones asociadas. Además, en las metodologías actuales, estas acciones han de ser reportadas a sistemas de análisis. El reto en este punto es incidir en acortar los ciclos de cierre, y disminuir previsibles burocratizaciones, para maximizar el número de operaciones generadas, atendidas y ganadas.

- Aportación de alianzas y estrategia de canal.

"Quien tiene un canal de ventas, tiene un tesoro". Se debe valorar la aportación de terceros a nuestro negocio, favoreciendo alianzas eficaces, en sentido bidireccional. Es especialmente útil disponer de una política de canal, aunque éste no sea nuestro principal sistema de ventas.

- Balance de generación de negocio vs. aportación de base de clientes.

Somos partidarios de establecer un porcentaje deseable de consecución de nuevos clientes, a los que se aplican todas las variables anteriores, pero también de la definición del valor vitalicio del cliente que ya confía en nosotros, y al que nos debemos. El primer factor debe incidir más sobre el crecimiento, el segundo sobre la estabilidad.


Éste es el trabajo más creativo y gratificante que tiene ante sí un director de ventas. Una dirección comercial eficaz no sólo debe trabajar con estos datos encima de la mesa, sino que, a la hora de transmitir sus decisiones finales, debe tener la capacidad de explicar las motivaciones, tanto de forma global como de manera particular, consiguiendo incorporar el equipo a su visión, ya que, si se ha ejecutado correctamente se han tenido en cuanto una gran cantidad de sensibilidades

Por el contrario, una decisión injustificada en este sentido provoca el escepticismo del profesional, que es contrarrestado con técnicas de presión, provocando la desconfianza del directivo y la desmotivación del profesional. Y no cabe duda que los cambios desordenados del modelo estratégico y la urgencia en la venta son percibidos negativamente por el comprador.

cuota
(extracto de la definición)

1. f. Parte o porción fija y proporcional.

© Real Academia Española

Los inicios (II): ejecución

sábado, 18 de septiembre de 2010

En la primera parte de este artículo, tratamos de definir un punto de partida, desde la visión que nos aporta situarnos en un caso peor, conociendo las dificultades que suele encontrar el emprendedurismo en nuestro país, y acotando el camino que la teoría nos suele marcar.

Una vez que la situación queda esbozada, es el momento de entrar en la fase de ejecución, que implicará trabajar a diversos niveles, y de los cuales vamos a extraer dos que entendemos que deben estar perfectamente alineados, ya que son los que van más íntimamente ligados al objetivo de la compañía.

El Plan de Comunicación

De nuevo, y al igual que hicimos cuando mencionábamos el Plan de Negocio, podemos tomar dos caminos, según nuestra experiencia y condiciones. Por una parte, podemos aventurarnos en la ejecución de un completo Plan de Marketing, utilizando los diferentes modelos presentes en la extensa bibliografía existente al respecto.


Por otra parte, podemos tratar de ser más concretos, acorde a la fase de lanzamiento en que nos encontramos, e incidir sobre aspectos específicos como tipología de cliente, política de comercialización y, sobre todo, un plan de comunicación, lo más amplio posible, con la menor inversión posible. Necesitamos hacer más con menos.

Dentro de esta planificación, debemos incluir dos tipos de acciones, según su orientación:

- Acciones de notoriedad, enfocadas a la transmisión de conocimiento, de valores, de información.

- Acciones de captación, que diferirán según el cliente objetivo, pero que deben conseguir el contacto directo bien con el comprador, o bien con aquél que tenga acceso a él.

Hemos de ser conscientes que las primeras, en el momento socio-económico que vivimos, van ampliamente ligadas a Internet (web, blogs, redes sociales, etc.), teniendo como ventaja su bajo coste, pero también su lento retorno. 

Las acciones de captación, por contra, actúan segmentadamente sobre el sujeto decisor, requieren un sobresfuerzo, sobre todo temporal, pero suelen tener mejor retorno y a menor plazo (referenciación, llamada fría, eventos, etc.).

El área de comunicación, finalmente, ha de dar paso a la acción de venta, por tanto es muy interesante que este tipo de procesos estén planificados y, en la medida que sea posible, automatizados.

La acción directa

Si hemos llegado a este punto, nos encontraremos de cara con la realidad de la que partíamos. El desarrollo de la acción comercial, la segunda parte del binomio PAC, tiene en este momento el mayor peso y será la principal responsable de proporcionarnos una balanza inclinada hacia el cumplimiento de los objetivos empresariales que nos hayamos marcado. En definitiva, hacia el éxito, o, al menos, hacia un cierto nivel de éxito.


Llega, por tanto, el momento de 'arremangarse', de bajarse al barro, y establecer un procedimiento de venta. La labor del profesional de la venta, o del propio empresario, se centrará en el tratamiento de las oportunidades generadas por los medios anteriormente establecidos, pero también tendrán que convertirse en elementos activos de la cadena de generación de negocio.

En mi experiencia personal, la labor comercial, ejecutada directamente por el profesional, duplica los resultados de las acciones de Marketing en el segmento PYME, y es prácticamente la única existente en el segmento SOHO (Small Office Home Office).

Epílogo

Cuando uno lee estos artículos, tanto los presentes en este blog, como otros a lo largo de todos los medios posibles a nuestro alcance, da la impresión de que todo está muy digerido, muy sencillo y tan sólo es cuestión de seguir el manual, como el que monta un mueble de IKEA.

Nada más lejos de la realidad. Si tengo que hacer una autocrítica a estos dos artículos, iría en este sentido: transmiten facilidad. Y no es así. Montar un negocio es difícil, es una tarea ardua que requiere esfuerzo, compromiso y constancia, y que no siempre lleva a buen puerto.

Aún así, espero que os sirva de guía, y estamos a vuestra disposición para intercambiar opiniones o compartir experiencias.

situación
(extracto de la definición)
5. f. Conjunto de factores o circunstancias que afectan a alguien o algo en un determinado momento.
ejecución
(extracto de la definición)
1. f. Acción y efecto de ejecutar.
© Real Academia Española

Los inicios (I): situación

jueves, 16 de septiembre de 2010

Me gustaría en este artículo (cuánto detesto llamarlo 'post') situarme en el extremo diametralmente opuesto al de las grandes empresas y corporaciones, de sobra establecidas, para las cuales la mayoría de materias de las que hablamos son trivialidades que o bien tienen muy controladas, o bien se arreglan a golpe de talonario.


Me gustaría situarme en la piel del empresario que mínimamente se encuentra con una idea, apenas algunos contactos, un apoyo económico inexistente, estructura casi nula, y, por encima de todo, ninguna referencia, más allá de la que pueda aportar su propia persona.

En esta situación, su competencia, que seguro la va a haber, le lleva unos cuántos kilómetros de ventaja, y el empresario, o emprendedor, va a necesitar redoblado esfuerzo para alcanzarla, máxime con lo reacio que suele ser el Mercado a las nuevas interlocuciones.

Reconozco que es más fácil jugar al ajedrez cuando lo que está en liza no son las piezas de uno mismo, pero vamos a intentar, como siempre, desde una perspectiva de honestidad y pragmatismo, determinar cuáles podrían ser los pasos iniciales, siempre dentro del ámbito que nos ocupa, la generación de negocio.

Definición de la idea

Como empresarios, e incluso como empleados, debemos tener en cuenta que una empresa no sobrevive si no vende, y no vende si no tiene algo que ofrecer. La idea de negocio conseguirá ponerse en funcionamiento, desde las condiciones que indicábamos al principio, si realizamos una buena definición del binomio producto - acción comercial (PAC)

La correcta ejecución de esta tarea puede inclusive soslayar necesidades de financiación elevadas. El binomio producto - acción comercial da sentido a la aparición del resto de mecanismos: finanzas, logística, marketing, etc.

El primer término, el producto, debe quedar perfectamente establecido en la idea del emprendedor, no sólo en las características que le son inherentes, sino también en el enfoque de las mismas hacia el profesional de la venta: ventajas competitivas, precio, capacidades, desarrollo a futuro, público objetivo, posicionamiento versus competencia, etc.


El plan de negocio

Personalmente opino que para una persona que está lanzando una idea, sin estructura, financiación o clientes, la figura del 'plan de negocio' está un tanto sobrevalorada. Si estuviéramos en otros países, sin embargo, un buen plan nos podría garantizar apoyo de inversión privada o bancaria, pero no es el caso.

No es mi idea entrar en la redacción de un plan, ya que se puede encontrar literatura al respecto como para llenar un campo de fútbol, pero sí que sería interesante que, a falta de un verdadero proyecto, figuraran en papel, o en 'negro sobre blanco' algunos aspectos concretos. Se suele decir que el papel lo aguanta todo, así que mi  primer consejo iría en la dirección de no 'engañarnos al solitario'.

Al igual que hemos hecho con el producto, no estaría mal que tuviéramos clara una planificación de acciones, unos mínimas estimaciones económicas, una definición estratégica en un cierto recorrido temporal, y que asignemos nombres, apellidos y fechas, aunque sea uno mismo el único recurso con el que se cuente, a las tareas a ejecutar.

El resultado debe estar, finalmente, preparado para su revisión, evaluación y modificación.

inicio
1. m. comienzo
comienzo
(extracto de la definición)
1. m. Principio, origen y raíz de algo.
© Real Academia Española

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lunes, 6 de septiembre de 2010

Muchos de nosotros tenemos tendencia a trabajar en años lectivos, o en cursos, si lo preferís, en lugar de en años naturales. Esta es una herencia que recibimos de nuestra época de estudiantes y que, a pesar de no coincidir con los ciclos de facturación de las empresas, tiene alguna que otra ventaja.


La más importante de ellas es que nos permite abordar Septiembre con un cierto optimismo, como si se tratara de un segundo Año Nuevo. Se trata de un "borrón y cuenta nueva" que podemos canalizar en una mayor eficacia e intensidad de cara a nuestros proyectos, y, sobre todo en el ámbito que nos viene ocupando, de cara a afrontar lo que denominamos "cierre del año".

Nuestra vuelta de vacaciones conlleva la reapertura del blog, en una nueva etapa para la que ya tenemos bastantes temas seleccionados. También hemos estado trabajando en nuevas secciones que aparecerán progresivamente. Esperamos no caer en el 'efecto Zara', mientras desempolvamos nuestros editores de HTML.

También tenemos prevista una reestructuración del equipo con el propósito de obtener una mayor concreción en ciertos desarrollos y una mejor orientación del discurso para empresarios, directivos y profesionales.

Nos gustaría agradecer a 'Club de bloggers' el haber confiado en Dystopia como miembro de su red de blogs y escritores, y esperamos ser merecedores de dicha confianza, siempre dentro de nuestras posibilidades y limitaciones.

También querríamos recordaros que uno de nuestros principales objetivos es la interacción con todos vosotros, y que ésta podéis canalizarla a cualquier nivel, con vuestros comentarios, proponiéndonos temas a desarrollar o, inclusive, colaborando de una forma activa, con vuestros propios artículos.

Sed, de nuevo, bienvenidos.

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(extracto de la definición)
2. intr. Volver al lugar de donde se partió. En América, u. c. prnl.
© Real Academia Española

 
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